Tan controversial que en el año 180 d.C el obispo de Lyone lo declaro hereje y permaneció cientos de años oculto; al parecer era más sencillo ver a Judas como un traidor que meditar sobre la posibilidad de que si Dios Padre mando a Jesús a morir por los pecados del mundo, alguien tendría que entregarlo y ese alguien en vez de un traidor, podría ser el más fiel de sus discípulos.
En el Evangelio de Judas encontramos una historia realmente poderosa como confrontativa, por lo que vea esta nota desde el punto de vista de que cuando se cuenta una historia mal contada, siempre va a ver a un culpable, sin embargo si el Plan Divino incluía la escena de la «traición» y Jesús desde un inicio eligió a Judas, es también probable que como profundizaremos a continuación, todo fuera parte del destino ya escrito que dio inicio al Cristianismo.
Judas estuvo con Jesús durante años sin mostrar ambición
¿Qué cambio? y si realmente Judas era un revolucionario que se oponía a Roma, porque de repente entrega a Jesús y aun más, porque si eran las monedas de oro las que perseguía, ¿Por qué las arrojo al suelo al recibirlas como si en principio no tuvieran valor para él?.
Muchos critican a Judas porque en la escena donde los pies de Jesús son limpiados con aceite, él se molesta porque ese aceite pudo haber sido usado para ser vendido, sin embargo al día siguiente entro junto a Jesús como si esto no hubiera sido realmente un problema.
Judas es asociado según la historia como «el tesorero» de Jesús, era quién manejaba las finanzas del movimiento y el administrar los recursos era su obligación, obligación que solo se depositaría en quizá el apóstol de mayor confianza de Jesús.
¿Por qué Judas beso a Jesús al entregarlo?
Porque era normal que lo besará, siendo un saludo o una muestra de afecto, lo cierto es que muestra la cercanía casi intima que Judas mantenía con Jesús y no llevándolo al plano sexual, si no más bien en términos de confianza, de amor y de cercanía.
Y si volvemos a que el mismo Jesús dijo que uno de sus apóstoles sería quién lo entregase, esa escena, pudo haber sido manipulada para darle un contexto de condena y de censura, pero que según el Evangelio de Judas, fue parte de preparar a los otros discípulos para que entendieran que todo tenía que pasar tal y como iba a pasar.
Judas se ahorca en su desesperación
Tras el acto de entregar a Jesús, Judas nunca mostro felicidad o regocijo tras el acto, por el contrario sufrió en carne viva el sufrimiento de su amigo, de su maestro y que tras los hechos prefirió violar sus creencias Judías y acabo ahorcándose para ser liberado.
A continuación presentamos el Evangelio de Judas según una versión procedente de la traducción realizada por National Geographic; sin embargo faltan fragmentos que aun no han sido traducidos totalmente y por lo que son excluidos, ya que no tiene mucho sentido traducirlos al español cuando en la traducción del hebreo al griego, el resultado no es satisfactorio para los eruditos.
Preguntas y respuestas en el
Evangelio de Judas Iscariote
Estando Jesús reunido con sus Discípulos:
Le preguntó Santiago:
«Maestro, ¿qué debemos hacer para comprender mejor su Mensaje».
El Maestro dijo:
«Alrededor del Sol, hay muchos Planetas y cada uno de ellos ocupa su lugar y su distancia entre ellos y el Sol y entre los demás Planetas; así vosotros deberéis ocupar vuestro lugar y distancia alrededor del Sol, procurando no estar ni demasiado cerca, ni demasiado lejos. Y entre Ustedes, mis discípulos, esto debe ser en equilibrio, permitiendo así, como los Planetas, que cada uno reciba únicamente lo que necesite para su propia sobre vivencia; habiendo concordancia en «la Luz que viene del Sol y Luz que viene del Padre».
En este momento interrumpe Judas y le dice:
«Maestro, sabemos que Usted es el Enviado del Padre, pero a nosotros ¿Quién nos ha enviado?».
Contesta el Maestro:
«Mi Padre me ha enviado a Mí para enseñar a vosotros; mi Padre los ha enviado para que me escuchen».
La Parábola de quien da y de quien recibe, es semejante a una semilla que cae en la tierra, nace, crece y fructifica y su fruto le es dado a quien sembró la semilla; así como Yo hago de mi Padre, vosotros también deberéis hacer «la Voluntad de mi Padre, porque con vosotros somos UNO».
Dice Judas:
«Entendido, Maestro, pero,… si yo hago lo que Usted me enseña, ¿ya lo es todo?».
Responde el Maestro:
«Lo que Yo te enseño es para que tú lo vivas y así puedas llegar como Yo he llegado, a hacer «la Voluntad de mi Padre».
Judas, mostrando un poco de impaciencia, vuelve y replica:
«Yo estoy haciendo lo que Usted me enseña, ¿indica esto que ya soy UNO con Usted?».
Contesta el Maestro:
«Nosotros somos UNO, como mi Padre es UNO conmigo, pero tú no puedes todavía hacer lo que Yo hago… Porque el Sol alumbra a todos sus Planetas, pero los Planetas, ni aún todos reunidos, podrían dar ni una décima parte de Luz hacia el Sol; por eso es necesario que vosotros os convirtáis en vuestro propio Sol, en vuestra propia Luz, y así alumbrándose y alumbrando a otros, le corresponderíamos con nuestra Obra a mi Padre que me ha enviado».
«Porque, sepan Ustedes, que las tinieblas no son más que partes que no están integradas con «la Voluntad» de quien me envió. Las tinieblas están en quien tiene parte con ellas,
por eso hay que dar a la Tierra lo que es de la Tierra; a las aguas lo que es de las aguas; al aire lo que es del aire; al fuego lo que es del fuego y a lo que es de EL «Así, vosotros comprenderéis que ni siquiera estas carnes que tenemos, estos huesos que tenemos, esta sangre que tenemos, esta mente que tenemos, nos pertenece; sólo nos pertenece, por herencia de mi Padre, la Luz que os doy con mi Palabra. Por eso he dicho «Que la tierra y los cielos pasarán, más mi Palabra no pasará»». «Porque la Palabra me la ha dado mi Padre para que ELLA lleve la Luz que a vosotros os falta y puedan ser UNO conmigo, y YO seré UNO con mi Padre».
Continuando, el Maestro dice a sus Discípulos:
«¿Qué creen Ustedes que debemos hacer para que el mundo nos comprenda?».
Cada uno de ellos emitió su criterio.
Judas replicó:
«Yo creo que el mundo poco a poco entenderá cuál es nuestro propósito».
El Maestro, dijo:
«Judas, tú lo has dicho, pero dime ¿cuál es nuestro propósito?».
Judas guardó silencio. El Maestro volvió a interrogar: «Judas Iscariote, ¿cuál es nuestro
propósito?».
Judas, levantando la mirada, le dijo:
«Señor,… pienso que nuestro propósito es enseñar a la gente a hacer la Voluntad de quien le envió».
El Maestro, mirando las estancias que habían a su alrededor, dijo:
«Un rebaño de ovejas no obedecen a su dueño porque sean de él, porque él las ha pagado con sus denarios; obedecen a su pastor porque él se hace amigo de ellas, cuida de ellas, les da alimento y las defiende del lobo».
«Así vosotros deberéis tener vuestro rebaño, cuidar de él, defenderlo de los lobos, más comprendedme, Judas, ese rebaño no os pertenece, no lo habéis comprado, porque él pertenece a quien me envió».
«A ese rebaño debéis alimentarlo. El día que os propongáis dar alimento a vuestras ovejas, no llevéis en vuestra mano el látigo, llevad alimento, así este rebaño entenderá que os preocupáis de alimentarlo; mas cuando sepáis que cerca de vuestro rebaño anda el lobo, salid y llevad en vuestra mano el látigo
para espantarlo de las ovejas; y llevad espada para que os defendáis, si fuese atacado».
Replica Judas, y dice:
«He comprendido… pero todo el mundo no está en este rebaño».
Contesta el Maestro, y dice:
«En una selva nacen muchos árboles de la misma especie, unos crecen demasiado y sobresalen de los otros; otros escasamente nacen, pero entre todos componen una selva».
«Así vosotros deberéis comprender que hay que crecer sobre los demás en Espíritu sin que con esto estemos separando los de menor crecimiento; sólo hace la Voluntad de mi Padre el que ha crecido y no se deja dar sombra de los demás».
Dice Judas:
«Entendido, pero, ¿cómo sé si he crecido lo necesario para ya hacer la Voluntad de mi Padre?».
Replica el Maestro:
«La Luz se identifica por borrar las sombras. Las sombras se identifican opacando la Luz».
«Así vosotros comprenderéis que la Verdad es mi Padre. Cuando la hayáis encontrado, Ella no os dejará sombras ni en vuestras mentes, ni en vuestros corazones, por lo tanto, comprenderéis que YO SOY LA LUZ».
«El que esté conmigo y me tenga a Mí, no andará a oscuras y así habrá comprendido que, en la selva, es el árbol que no recibe sombra de los demás». «Recuerden que el viento sopla y mueve las ramas y las hojas del árbol y sólo desprende las que estén maduras o secas; así ese árbol queda despejado». «Así vosotros comprenderéis que el viento debe llevarse de Ustedes todo lo inútil, lo que no sirve, para que seáis purificados de todas las inmundicias que recogéis de la tierra».
Estando el Maestro con sus Discípulos parados frente al lago NAGAFEC, dijo:
«Los peces nadan con suma perfección, pero no pueden volar, ni tampoco caminar».
Se acerca Judas y le dice:
«¿Qué quieres decir con esto?».
El Maestro contesta:
«Hijos míos, el hombre es el Rey, por lo tanto, debéis aprender a caminar».
Judas le dice:
«Pero nosotros sabemos caminar».
Contesta el Maestro:
«Vosotros camináis porque Yo os he enseñado, porque YO SOY EL CAMINO, nadie llega al Padre sino por Mí».
«También vosotros deberéis aprender a nadar como los peces».
Judas dice:
«Es muy difícil hacerlo».
El Maestro vuelve y observa el lago y dice:
«El lago está tranquilo, sólo lo salpica el viento cuando sopla; la vida es un lago que debe permanecer tranquilo; si lo salpica el viento peligra el nadador. Por eso es que tú ves muy difícil nadar como los peces; aunque el lago se salpique por el viento, el pez, en su interior, está tranquilo».
En ese momento el Maestro miraba a los aires y veía a las aves volar y dijo:
«¡Con qué perfección vuelan las aves!, así vosotros también deberéis aprender a volar como ellas».
Judas lo interpela y dice:
«Usted nos está hablando de cosas que para nosotros son demasiado difíciles».
El Maestro le dice:
«Judas, tú aprenderás estas cosas para que cuando Yo vaya a mi Padre tú las hayas hecho y las enseñes a quienes crean en Mí».
«Te digo que el hombre debe volar como las aves, porque el hombre es Espíritu y el reino del Espíritu no está en la tierra».
«Todo lo que os digo hoy, Ustedes no me entienden, porque vosotros habéis creído en Mí y estas cosas las hago Yo por Ustedes, pero cuando Yo vaya a mi Padre, mi Padre iluminará vuestro entendimiento para que vosotros hagáis por la Humanidad lo que Yo he hecho por vosotros, y así se cumplirán las Escrituras y la Palabra de «Quien esté conmigo y escuche mi Palabra, también estará con EL que me envió y recibirá su Luz»».
«Por lo tanto, os digo a vosotros, mis hermanos, que la muerte cuando llega desprende el Alma de la materia y así el Alma no piensa más en la materia, porque para ella ya no existe; piensa en EL que la envió, espera en EL, confía en EL. «Por lo tanto, vosotros que habéis creído en Mí y escucháis mi Palabra, debéis despojaros de lo que no os corresponde para que en Espíritu os elevéis al seno de mi Padre».
Replica Judas:
«De lo que tenemos aquí, ¿qué no nos corresponde?».
Contesta el Maestro:
«Ya os he dicho que ni vuestros huesos, ni vuestras carnes, ni vuestros padres, ni vuestros hijos, ni lo que habéis aprendido de vuestros antepasados os sirve, ni os corresponde».
«Sólo la Palabra que ha abierto las puertas de vuestro Espíritu y os ha llevado a beber de la fuente de la Sabiduría, será la que os conduzca por lo desconocido; lo que no conoce vuestra mente, ni vuestro yo, porque ellos no podrán llegar donde Ustedes, como Espíritu, han de llegar».
Estando el Maestro con sus Discípulos en casa de Marta, les dice:
«Os voy a enseñar a vivir como el aire, como la tierra, como las aguas y como el fuego».
Se acerca Judas y le dice:
«Maestro, ¿no será conveniente que estas cosas se hagan en otro lugar?».
El Maestro le dice:
«Judas, nosotros somos UNO SOLO, hoy hacemos estas cosas aquí, tú más tarde las harás en un lugar secreto para que no se profanen, porque ¿qué sacamos con darle de
comer a un cerdo en un alfaro nuevo?; ensucia la comida y ensucia el alfaro». «Para vosotros la Palabra es alimento, por lo tanto, os digo: «Aprended de Mí para que enseñéis textual como os enseño»».
Se dirigió a todos y dijo:
«Vosotros veis la tierra quieta, mas ella gira alrededor de la Vida, que es el Sol». «Nosotros estamos aquí quietos como la tierra, pero espiritualmente no estamos quietos; estamos girando alrededor de la Vida, por lo tanto, en estos momentos somos la Tierra que da alimento a la Vida que es el Espíritu».
Se detuvo un momento y dijo:
«Todos nosotros, en este momento, somos el Aire, porque nos despojamos de una materia que es tierra y volamos por los aires con la libertad del Espíritu»
Guardó un poco de silencio y dijo:
«Nosotros todos, en este momento, somos el Agua, porque nos hemos convertido en la fuente eterna del Espíritu; de ella bebemos para nutrir el cuerpo y calmar la sed del Alma».
Guardó un poco de silencio y dijo:
«Todos nosotros, en este momento, somos un Fuego abrasador, porque nos hemos convertido en el Fuego del Espíritu que a todos nos devora, nos limpia y nos purifica». «Así, queridos hermanos, nuestros cuerpos y nuestro Espíritu se integran para prepararnos hacia la Resurrección».
«La enseñanza que os doy aquí, en casa de Marta, es la misma que os voy a dar en casa de Sara. Porque vosotros hoy estáis conmigo, moriréis y volveréis a nacer y si continuáis conmigo, os doy la misma enseñanza, porque YO SOY LA PALABRA, y recuerda Judas: «Los cielos y la tierra pasarán, pero mi Palabra no pasará»».
Llegando donde Sara daba a luz, se detuvo y les dijo a los Discípulos:
«Vosotros deberéis aprender a respetar la Vida porque sois la Vida como YO». «El que es digno y muere, mi Padre le recibe en el cielo y vosotros ¿de qué os preocupáis?».
«El que es indigno y muere, el Demonio le recibe en el infierno, ¿para qué os
preocupáis?».
«El que nace en la tierra debemos recibirlo, darle afecto y cariño y enseñarle la Palabra para que se haga Hijo de mi Padre, como vosotros».
«Así comprenderéis todos que un Pastor vive pendiente de las ovejas preñadas para que el ternerillo, al nacer, no lo devoren las aves de rapiña».
Guardó silencio el Maestro y, viendo al recién nacido, respiró profundo.
Judas le dijo:
«¿Qué le pasa Maestro que respira profundo?».
El Maestro le miró y le dijo:
«Judas, el aire que circunda la tierra es la Vida que YO represento; es tanta la abundancia de este que toda criatura respira de él y nunca se agota». «Así mismo es la Sabiduría que viene de mi Padre; todo el mundo la tiene en mayor o menor proporción y nunca se agota; lo contrario, se acrecienta más en todo hombre que me escucha a Mí».
Le dice Pedro:
«Maestro, yo estoy sorprendido de todo lo que nos enseña. Pienso que no podremos practicarlo todo».
Le dice el Maestro:
«Pedro, cerca de la ciudad pasa un río; todas las personas de esa ciudad beben de esa fuente; se bañan con esa agua, preparan sus alimentos con el agua de ese río. El río nunca se agota, sin embargo, todas las personas disponen del agua que necesitan para sobrevivir».
«Así vosotros beberéis de esa agua, os bañaréis con esa agua, es decir, tendréis el agua que necesitéis; daréis de beber a vuestros invitados, mas la fuente no se secará, ni el río mermará su cauce».
«Así pasa con mi Palabra; cada quien la recibe como una fuente inagotable de Vida; por muchos que beban, nunca se agotará, porque es mayor el cauce que el consumo».
Regresó el Maestro con sus Discípulos a casa de Marta.
Llegando allí los invitó a sentarse y empezó a hablarles y les dijo:
«Estamos complacidos de haber presenciado hoy un nacimiento. Es un acontecimiento que nos hace ver la Gracia de mi Padre; sin embargo, este nacimiento tiene que ver con este mundo de pecado».
Le dice Judas:
«Maestro, sabemos que quien le envió es sin mancha y lo que EL hace, lo hace sin mancha; ¿por qué nos dice que el nacimiento que acabamos de presenciar tiene que ver con la Gracia de su Padre y se ha sucedido en este mundo de pecado y por el pecado?».
El Maestro le dice:
«Judas, el pecado lo hizo por un proceso original, pero el pecado es Muerte; él no hubiera podido infundirle Vida a esa criatura. Por la Gracia de mi Padre tiene Vida, aunque haya sido hecho de pecado».
Dice Judas:
«Maestro, si eso es así, entonces nosotros que somos UNO con Usted y estamos en el mundo, ¿cargamos las mismas culpas y somos hechos de pecado?».
Dice el Maestro:
«Cada uno de vosotros habéis sido hechos de pecado y por el pecado, por lo tanto, es que ni los huesos, ni las carnes, ni la sangre heredarán a mi Padre, sólo lo incorruptible que es el Espíritu. Después de purificados, seréis UNO, con EL que me envió». «Así vosotros, también, seréis UNO conmigo y así como YO me he vestido con una carne, con unos huesos y con una sangre incorruptible para continuar con vosotros, así también vosotros deberéis vestiros con unas carnes, unos huesos y una sangre incorruptible para poder llegar donde YO he llegado».
Diálogos de Jesús con sus discípulos:
La oración de acción de gracias o la eucaristía
Un día se encontraba con sus discípulos en Judea, y les encontró reunidos y sentados en piadosa ceremonia. Cuando él [se acercó] a sus discípulos, [34] reunidos y sentados y ofreciendo una oración de acción de gracias sobre el pan, [se] rió.
Los discípulos [le] dijeron, “Maestro, ¿por qué re ríes de [nuestra]
oración de acción de gracias?. Hemos hecho lo correcto.
Él respondió y les dijo, “No me estoy riendo de ustedes. [Ustedes] no
hacen esto por su propia voluntad, sino porque es a través de esto que su dios
[será] alabado”.
Ellos dijeron, “Maestro, tú eres […] el hijo de nuestro dios”.
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Jesús les dijo, “¿Cómo es que me conocen?. En verdad [les] digo,
ninguna generación de aquellos que están entre ustedes me conocerá”.
LOS DISCÍPULOS SE MOLESTARON
Cuando sus discípulos escucharon esto, se empezaron a molestar y a
enfurecerse y empezaron a blasfemar contra él en sus corazones.
Cuando Jesús observó su falta de [comprensión] les [dijo], “¿por qué
esta agitación les lleva al enojo?. Su dios que está dentro de ustedes y […] [35]
los ha provocado para encolerizarse [dentro] de sus almas. [Dejad] a
cualquiera de ustedes que sea [suficientemente fuerte] entre los seres humanos
sacar al humano perfecto y pararse ante a mi rostro”.
Todos dijeron, “Tenemos la fuerza”.
Pero sus espíritus no se atrevieron a ponerse frente a [él], excepto Judas
Iscariote. El fue capaz de parase frente a él, pero no le pudo mirar a los ojos, y
volvió su cara a otro lado.
Judas le [dijo], “Sé quien eres y de dónde vienes. Tú eres del reino
inmortal de Barbeló. Y no soy digno de pronunciar el nombre de quien te ha
enviado”.
JESÚS HABLA CON JUDAS EN PRIVADO
Sabiendo que las reflexiones de Judas eran sobre algo muy exaltado,
Jesús le dijo, “Apártate de los demás y te diré los misterios del reino. Para ti es
posible alcanzarlo, pero padecerás gran aflicción. [36] Pues alguien más te
reemplazará, de manera que los doce [discípulos] puedan de nuevo
completarse con su dios”.
Judas le dijo, “¿Cuándo me dirás estas cosas, y [cuándo] llegará el día
de la gran luz para la generación?.
Pero cuando dijo esto, Jesús le dejó.
Jesús aparece de nuevo a los discípulos
La mañana siguiente, después de que esto sucediera, Jesús [aparece] de
nuevo a sus discípulos.
Ellos le dijeron, “¿Maestro, dónde fuiste y qué hiciste cuando nos
dejaste?”.
Jesús les dijo, “Fui a otra grande y santa generación”.
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Sus discípulos le dijeron, “Señor, ¿cuál es la gran generación que es
superior a nosotros y más santa que nosotros, que no está ahora en estos
reinos?”.
Cuando Jesús escuchó esto, se rió y les dijo, “¿Por qué están pensando
en sus corazones sobre la fuerte y santa generación? [37] En verdad [les] digo,
nadie nacido [de] este aeón verá esa [generación], y ningún coro de ángeles de
las estrellas regirá sobre esta generación, y ninguna persona de nacimiento
mortal puede asociarse con ella, porque esa generación no viene de […] que se
ha vuelto […]. La generación de personas entre [ustedes] es de la generación
de la humanidad […] poder, el cual [… los] otros poderes […] por [los cuales]
ustedes gobiernan”.
Cuando [sus] discípulos escucharon esto, fueron perturbados en espíritu.
No pudieron decir una palabra.
Otro día Jesús vino a [ellos]. Ellos [le] dijeron, “Maestro, te hemos visto
en una [visión], pues hemos tenido grandes [sueños …] noche […]”.
[Él dijo], ¿Por qué se [ustedes … cuando] se han ido a esconder?” [38].
LOS DISCÍPULOS VEN EL TEMPLO Y LO COMENTAN
Ellos [dijeron, “Hemos visto] una gran [casa con un gran] altar [en ella,
y] doce hombres ― diríamos que son los sacerdotes ― y un nombre; y una
multitud esperando en aquel altar, [hasta] que los sacerdotes [… y reciban] las
ofrendas. [Pero] permanecimos esperando.
[Jesús dijo], “¿Cómo eran [los sacerdotes]?.
Ellos [dijeron, “Algunos …] dos semanas; [algunos] sacrifican a sus
propios hijos, otros a sus esposas, en alabanza [y] humildad mutua; algunos
duermen con hombres; algunos están envueltos en [matanzas]; algunos
cometen multitud de pecados y actos ilícitos. Y los hombres que están [ante]
el altar invocan tu [nombre], [39] y en todos los actos de su carencia, se hacen
sacrificios para completarla […]”.
Después de decir esto, callaron, pues estaban perturbados.
JESÚS OFRECE UNA INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA DE LA VISIÓN DEL TEMPLO
Jesús les dijo, “¿Por qué estáis perturbados?. En verdad os digo, todos
los sacerdotes que están ante el altar invocan mi nombre. De nuevo les digo,
mi nombre ha sido escrito en esta […] de las generaciones de las estrellas a
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través de las generaciones humanas. [Y ellos] han plantado árboles sin fruto,
en mi nombre, de manera vergonzosa”.
Jesús les dijo, “Aquellos a quienes han visto recibiendo las ofrendas en
el altar ― eso es lo que ustedes son. Ese es el dios al que sirven, y ustedes son
esos doce hombres que han visto. Los animales que han visto para el sacrificio
son las personas que ustedes han extraviado [40] ante el altar. […] se
levantarán y utilizarán mi nombre de esta manera, y generaciones de devotos
permanecerán leales a él. Después de él otro hombre se colocará desde [los
fornicarios], y otro [se] colocará desde los asesinos de niños, y otro desde
aquellos que duermen con hombres, y aquellos que se abstienen, y el resto de
las personas de contaminación y desobediencia y error, y aquellos que dicen,
“Somos como ángeles”, ellos son las estrellas que traerán todo a su
terminación. Pues para las generaciones humanas, se ha dicho, “Mira, Dios ha
recibido tu sacrificio de las manos de un sacerdote” ― esto es, un ministro del
error. Pero es el Señor, el Señor del universo, quien manda, “En el día último
ellos serán avergonzados”. [41]
Jesús [les] dijo, “Dejad de [sacrificar…] lo que tenéis […] sobre el altar,
pues ellos están sobre tus estrellas y tus ángeles y ya han llegado a su
terminación allí.
Así que dejadles que sean [seducidos] ante ustedes, y dejadlos ir [cerca
de 15 líneas perdidas] generaciones […]. Un panadero no puede alimentar a
toda la creación [42] bajo el [cielo]. Y […] para ellos […] y […] para nosotros y
[…].
Jesús les dijo, “Dejad de luchar conmigo. Cada uno de ustedes tiene su
propia estrella, y cada [uno ― cerca de 17 líneas perdidas ― ] [43] en […]
quien ha venido [… proceder] por el árbol […] de este aeón […] por un tiempo
[…] pero él ha venido a regar el paraíso de Dios, y la [generación] que
perdurará, porque [él] no mancillará el [camino de la vida de] esa generación,
sino […] por toda la eternidad”.
JUDAS PREGUNTA A JESÚS SOBRE ESA GENERACIÓN Y LAS
GENERACIONES HUMANAS
Judas [le] dijo, [Rabb]i, ¿qué tipo de fruto produce esta generación?.
Jesús dijo, “Las almas de cada generación humana morirán. Cuando
estas personas, sin embargo, hayan completado el tiempo del reino y el
espíritu les deje, sus cuerpos morirán pero sus almas estarán vivas, y serán
exaltadas”.
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Judas dijo, “¿Y qué harán el resto de las generaciones humanas?”.
Jesús dijo, “Es imposible [44] sembrar semilla en la [roca] y cosechar su
fruto. [Esta] es también la forma […] la generación [mancillada] […] y la
corruptible Sophia […] la mano que ha creado a los mortales, para que sus
almas asciendan a los reinos eternos arriba. [En verdad] te digo, […] ángel […]
poder podrá ver que […] éstos a quien […] santas generaciones […]”.
Después de que Jesús dijera esto, partió.
ESCENA 3: Judas relata una visión y Jesús responde
Judas dijo, “Maestro, así como les has escuchado a todos, ahora
escúchame a mí. Pues he tenido una gran visión”.
Cuando Jesús escuchó esto, se rió y le dijo, “Tú, decimotercer espíritu,
¿por qué lo intentas tanto?. Pero habla, y yo lo llevaré contigo”.
Judas le dijo, “En la visión vi como los doce discípulos me apedreaban
[45] y me perseguían [severamente]. Y también vine al lugar donde […]
después de ti. Vi [una casa…], y mis ojos no pudieron [comprender] su
tamaño. Grandes personas la rodeaban, y aquella casa ― tenía ― un techo de
verdor, y en medio de la casa estaba [una multitud ― dos líneas perdidas ― ],
diciendo, “Maestro, albérgame junto con estas personas”.
[Jesús] respondió y dijo, “Judas, tu estrella te ha extraviado”. Y
continuó, “Ningún mortal es digno de entrar en la casa que has visto, pues ese
lugar está reservado para los santos. Ni el sol ni la luna regirá ahí, ni el día,
pero el santo morará ahí siempre, en el reino eterno con los ángeles santos.
Mira, te he explicado los misterios del reino [46], y te he enseñado sobre el
error de las estrellas; y […] lo envié […] en los doce aeones”.
JUDAS PREGUNTA SOBRE SU PROPIO DESTINO
Judas dijo, “Maestro, ¿podría ser que mi semilla esté bajo el control de
los regidores?”.
Jesús respondió y le dijo, “Ven, que yo [ ― dos líneas perdidas ― ],
pero te afligirás mucho cuando veas el reino y toda su generación”.
Cuando escuchó esto, Judas le dijo, “¿qué bien es ese que yo he
recibido? Para que me hayas puesto aparte de esa generación”.
Jesús respondió y le dijo, “Tú te convertirás en el decimotercero, y serás
maldecido por las otras generaciones ― y vendrás a regir sobre ellos. En los
últimos días ellos maldecirán tu ascensión [47] a la santa [generación]”.
JESÚS ENSEÑA A JUDAS SOBRE COSMOLOGÍA:
EL ESPÍRITU Y EL AUTO-GENERADO
14 ) Jesús dijo, “[Ven], para que pueda enseñarte sobre [secretos] que
ninguna persona [ha] visto jamás. Pues existe un grande e ilimitado reino,
cuya magnitud ninguna generación de ángeles ha visto, [en la cual] hay [un]
grande e invisible [Espíritu],
que ojo de ángel nunca ha visto jamás,
ningún pensamiento del corazón jamás ha comprendido,
y nunca ha sido llamado por ningún nombre.
“Y una nube luminosa apareció. Él dijo, “Dejad a un ángel aparecer
como mi servidor”.
“Un gran ángel, el divino iluminado Auto-Generado, emergió de la
nube. Por él, otros cuatro ángeles aparecieron desde otra nube, y se
convirtieron en servidores del angélico Auto-Generado. El Auto-Generado
dijo, [48] “Dejad […] que aparezca […],” y apareció […]. Y [creó] la primera
lumbrera para reinar sobre él. Dijo, “Dejad que aparezcan los ángeles para [su]
servicio,” e incontables miríadas aparecieron. Dijo, “[Dejad] que aparezca un
aeón iluminado”, y entonces apareció. Creó a la segunda lumbrera [para] que
reinara sobre él, junto con las incontables miríadas de ángeles, para servir. De
esta forma creó el resto de los aeones iluminados. Les hizo reinar sobre ellos,
y por ellos creó incontables miríadas de ángeles, para que les asistieran.
ADAMAS Y LAS LUMBRERAS
Adamas estaba en la primera nube luminosa que ningún ángel había
visto jamás entre aquellos llamados “Dios”. El [49] […] que […] la imagen […]
y a semejanza de [este] ángel. Hizo aparecer a la incorruptible [generación] de
Seth […] los doce […] los veinticuatro […]. Hizo aparecer setenta y dos
luminarias en la generación incorruptible, de acuerdo con la voluntad del
Espíritu. Estas setenta y dos luminarias hicieron aparecer trescientos sesenta
luminarias en la generación incorruptible, de acuerdo con la voluntad del
Espíritu, de que su número debía ser cinco por cada uno.
“Los doce aeones de las doce luminarias constituyen su padre, con seis
cielos por cada aeón, de tal manera que hay setenta y dos cielos para las
setenta y dos luminarias, y para cada una [50] [de ellas cinco] firmamentos,
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[para un total de] trescientos sesenta [firmamentos]. A ellos se les dio
autoridad y un [gran] coro de ángeles [incontables], para gloria y adoración, [y
después de ello también] espíritus vírgenes, para gloria y [adoración] de todos
los aeones y los cielos y sus firmamentos.
EL COSMOS, EL CAOS Y EL MUNDO INFERIOR
“La multitud de aquellos inmortales es llamada el cosmos ― esto es,
perdición ― por el Padre y las setenta y dos luminarias que están con el AutoGenerado y sus setenta y dos aeones. En él el primer humano apareció con sus
poderes incorruptibles. Y el aeón que apareció con su generación, el aeón en el
cual están la nube de conocimiento y el ángel, es llamada [51] El. […] aeón
[…] después de esto […] dijo, “Dejad que aparezcan doce ángeles [para] regir
sobre el caos y sobre el [mundo inferior].” Y mirad, de aquella nube aparece
un [ángel] cuyo rostro brilla con el fuego y cuya apariencia fue mancillada con
sangre. Su nombre fue Nebro, que quiere decir “rebelde”; otros lo llaman
Yaldabaoth. Otro ángel, Saklas, también vino de la nube. Así Nebro creó seis
ángeles ― al igual que Saklas ― para ser asistentes, y esto produjo doce
ángeles en los cielos, con cada uno recibiendo una porción de los cielos.
LOS REGIDORES Y ÁNGELES
“Los doce regidores hablaron con los doce ángeles: “Dejad a cada uno
[52] […] y dejadlos […] generación [ ― una línea perdida ― ] ángeles”:
El primero es [S]eth, quien es llamado Cristo.
El [segundo] es Harmathoth, quien es […].
El [tercero] es Galila.
El cuarto es Yobel.
El quinto [es] Adonaios.
Estos son los cinco que gobiernan sobre el mundo inferior, y antes que
nada sobre el caos.
LA CREACIÓN DE LA HUMANIDAD
“Entonces Saklas dijo a sus ángeles, “Hagamos a un ser humano a
semejanza e imagen”. Ellos formaron a Adán y a su esposa Eva, quien, en la
nube, es llamada Zoe. Pues por su nombre todas las generaciones buscan al
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hombre, y cada uno de ellos llama a la mujer por estos nombres. Ahora, Sakla
no [53] or[denó…] excepto […] las gene[raciones…] esto […]. Y el [regidor]
dijo a Adán, “Vivirás por mucho tiempo, con tus hijos”.
JUDAS PREGUNTA SOBRE EL DESTINO DE ADAM Y DE LA HUMANIDAD
Judas dijo a Jesús, “[¿Cuál] es la duración del tiempo que los seres
humanos vivirán?”.
Jesús dijo, “¿Por qué te cuestionas esto, que Adán, con su generación,
haya vivido su lapso de vida en el lugar donde ha recibido su reino, con
longevidad con su gobernante?”.
Judas dijo a Jesús, “¿Muere el espíritu humano?”.
Jesús dijo, “Por esto es que Dios ordenó a Miguel darles los espíritus de
la gente a ellos a préstamo, para que ellos puedan ofrecer servicio, pero el
Grande le ordenó a Gabriel conceder espíritus a la gran generación sin ningún
regidor sobre ellos ― esto es, el espíritu y el alma. Por consiguiente, el [resto]
de las almas [54] [ ― una línea perdida ― ].
JESÚS COMENTA LA DESTRUCCIÓN DE LO PERVERSO CON JUDAS Y OTROS
“[…] luz [-cerca de dos líneas perdidas-] alrededor […] permitid […]
espíritu [que está] dentro de ustedes more en esta [carne] entre las
generaciones de ángeles. Pero Dios provocó que el conocimiento fuera [dado]
a Adán y a aquellos con él, para que los reyes del caos y del mundo inferior no
se señorearan sobre ellos”.
Judas dijo a Jesús, “Entonces, ¿qué harán esas generaciones?”.
Jesús dijo, “En verdad te digo, para todos ellos las estrellas traerán
asuntos para su terminación. Cuando Saklas complete el lapso de tiempo
asignado a él, su primera estrella aparecerá con las generaciones, y ellos
terminarán lo que dijeron que harían. Entonces fornicarán en mi nombre y
matarán a sus hijos [55] y ellos […] y [cerca de seis líneas y media perdidas-]
mi nombre, y él […] tu estrella sobre el [trece]avo aeón”.
Después de esto Jesús [rió].
[Judas dijo], “Maestro, [¿por qué te ríes de nosotros]?”.
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[Jesús] respondió [y dijo], “No me río de ustedes, sino del error de las
estrellas, porque estas seis estrellas vagan con estos cinco combatientes, y
todos ellos serán destruidos junto con sus criaturas”.
JESÚS HABLA DE AQUELLOS QUE ESTÁN BAUTIZADOS, Y DE LA TRAICIÓN DE JUDAS
Judas dijo a Jesús, “Mira, ¿qué hacen aquellos que han sido bautizados
en tu nombre?.
Jesús dijo, “En verdad [te] digo, este bautismo [56] […] mi nombre [ ―
cerca de nueve líneas perdidas ― ] para mi. En verdad [yo] te digo, Judas,
[aquellos que] ofrecen sacrificio a Saklas […] Dios [ ― tres líneas perdidas ―
] todo lo que es malo.
“Pero tu sobrepasarás a todos ellos. Pues tú sacrificarás al hombre que
me reviste.
Ya tu cuerno se ha levantado,
tu ira se ha enardecido,
tu estrella ha brillado,
y tu corazón ha […]. [57]
En verdad […] tu ultima […] se hizo [ ― cerca de dos líneas y media
perdidas ― ], aflicción [ ― cerca de dos líneas perdidas ― ] el regidor, pues
será destruido. Y entonces la imagen de la gran generación de Adán será
exaltada, pues antes que los cielos, la tierra y los ángeles, esa generación, que
es de los reinos eternos, existía. Mira, se te ha dicho todo. Levanta tus ojos y
mira a la nube y a la luz dentro de ella y a las estrellas que la rodean. La
estrella que guía el camino es tu estrella”.
Judas levantó sus ojos y miró la nube luminosa, y entró en ella.
Aquellos que estaban en el suelo escucharon una voz que provenía de la nube,
diciendo, [58] […] la gran generación […]… imagen […] [ ― cerca de cinco
líneas perdidas ― ].
¡Quien ayudo al cumplimiento de la misión de Jesús fue Judas!
Se crea o no en las revelaciones del Evangelio de Judas, preguntémonos, pudo haber sido posible que tuviéramos la Biblia como la conocemos sin la entrega de Judas. Claramente cuando Jesús escoge a Judas, siendo en el entendimiento de que Jesús sabía que iba a ser entregado y por quién, pudo fácilmente saber el lugar y decidir no estar ahí, pudo haber decidido huir, pero al contrario Jesús acepto su destino y siguió paso a paso la historia que Dios Padre decidió para sí, misma que hoy conocemos.
A la vez es interesante cotejar estos textos a la vista del Evangelio de Bernabé que narra una versión diferente de la crucifixión donde Judas una vez más es elegido.
Cuando mostramos a Judas solo como un malvado, definitivamente no lo vemos como Jesús lo veía.
Desde Agencia Noticiosa entendemos que la información muchas veces es manipulada, por lo que esta nota y las otras que hemos publicado sobre el evangelio de María de Magdala, Tomas, Felipe y Nicodemo, son visiones paralelas, no aceptadas por la Iglesia Romana, si, esa misma que crucifico a Jesús y que siglos después se adueño de su imagen y se declararon los grandes defensores de su historia.