Las redes de tráfico de bebés en todo Latinoamérica ha sido unos de los temas más investigados por décadas y sabemos que en Costa Rica no es la excepción; desde varios reportes de niños extraviados y algunos que nunca se encontraron y otros que todavía los buscan sin descansar, muchos padres y madres les a tocado vivir las maldades de muchas personas sin limites.
Vamos a abordar el sonado caso de la red de tráfico de bebés en Argentina que operaba desde hace 26 años, con parteras falsas que entregan a los bebés con sus mismos nombres, fue descubierta por una de las víctimas al comenzar a buscar a sus padres biológicos y al ponerse en contacto con algunas personas que ni siquiera saben quienes eran sus padres biológicos.
Algunas mujeres llegaban con una almohada escondida en sus vestidos, simulando estar embarazas y se marchaban con bebés en brazos después del debido pago, el pago no era muy grande, cada bebé detenía del costo de un departamento de alquiler.
¿Cómo operaba la red de tráfico de bebés?
La red de tráfico de bebés operaba desde una misma dirección, en dicha red donde trabajan parteras estás mismas entregaban a los bebés a sus compradores por un valor de 3000 dólares, era el precio gusto por cada uno de ellos, 44 bebés fueron entregados en los años 1956 y 1980 y estos mismos portaban el nombre de las mismas parteras en sus partidas de nacimiento: porque era totalmente próvido identificar a sus padres biológicos y la mejor manera de esconder el tráfico de bebés en Argentina era no preguntar nada sobre sus padres biológicos, un caso horrible de como estos bebés eran vendidos como mercancía sin ningún sentimiento de las parteras y compradores.
44 Argentinos buscan a sus Padres biológicos
Romina comenzó una investigación hace 21 años para encontrar a sus padres biológicos, aunque por ahora hay más preguntas que respuestas y en el recorrido de Romina sobre la investigación se encontró con varios Argentinos, que también buscan a sus padres biológicos y la única certeza que tienen es que al nacer fueron vendidos a dos compradores por una red que se dedicaba al tráfico de bebés y al pasar de los años estos Argentinos tiene un mismo objetivo: descubrir quiénes son sus padres biológicos y en que fecha exacta nacieron.
Romina una de las bebés vendidas dice lo siguiente:
“No se cuando es mi cumpleaños, me llamaba la atención que mis padres amantes de la óptica y las fotografías, no tuvieran ni una sola imagen del embarazo de mi madre. Había algo que no cerraba era el relato típico de hija del corazón”
Romina Soltak
Romina comenzó a dudar desde muy pequeña sobre su origen y sus padres de crianza se vieron obligados a contarle a Romina toda la verdad sobre su adopción, cuando entro en la adolescencia Romina, comenzó a sospechar que podría ser hija de desaparecidos y que habría sido secuestrada por los uniformados durante del Gobierno de facto 1976- 1983: porque uno de los delitos cometidos por las Fuerzas Armadas, era apropiarse de bebés de presos políticos o secuestrados.
Romina descarto está posibilidad cuando se realizo estudios de ADN Con las abuelas de la Plaza de Mayo y el Banco Nacional de Datos Genéticos, todas estás pruebas dieron negativo en medio del sinsabor que sintió Romina, de saber que por ese lado no estaban sus padres biológicos y que tenía que comenzar de nuevo a buscar en otros lugares, para encontrar a sus padres biológicos.
Romina solo quería respuestas de porque fue dada en adopción
Los padres la joven entre tanta insistencia de Romina por saber toda la historia de como fue adoptada y a su padre no le quedo de otra que confesar de que había pagado 3000 dólares, por su adopción y que quería una bebé de ascendencia Judía de tez blanca, la confesión a Romina la dejo con la boca abierta, al descubrir que no era Argentina si no Judía y ahora se preguntaba quienes son mis padres biológicos y que hicieron con ellos.
A medida que iba obteniendo información de sus padres adoptivos Romina, fue reconstruyendo las pruebas y la versión de sus compradores es que ellos primero se reunieron con una pareja de intermediarios, que debían verificar si los clientes tenían capacidad económica para solicitar la adopción de un bebé y el segundo encuentro fue para concretar la entrega de la bebé, en un departamento de la calle O’Higgins al 1827, en el barrio de Belgrano Ciudad de Buenos Aires.
Ricardo Verry, dijo lo siguiente:
“Mi madre era una de las parteras ella regalaba a los bebés no cobraba por ellos, pero sus amigas tambien parteras los vendían por US$5.000 o US$10.000 y el precio más alto fue por bebés rubios con ojo azules”
Ricardo Verry, hijo de una de las parteras
Actualmente Romina no sostiene una buena relación con su madre adoptiva, pero sigue manteniendo un vínculo con su padre adoptivo, por la historia que compartió con ella y al no guardarle ningún secreto de su verdadero origen, Romina como 44 Argentinos más no saben todavía quienes fueron sus padres biológicos y como una red de tráfico de bebés operaba tan tranquila siendo ilegal.
Romina junto 44 Argentinos más se unen para ayudar a descubrir más redes de tráfico de bebés en Argentina y esperan ayudar a muchos padres extranjeros a levantar la voz y no dejar que personas sin escrúpulos les robe a sus hijos para venderlos como mercancía sin importar el sufrimiento de otras personas.
Desde Agencia Noticiosa nos gustaría enviar un mensaje a todos los padres y madres Costarricenses, debemos como sociedad cuidar de los más pequeños y vulnerables de las personas inescrupulosas que no piensan en la vida que puede llevar estos niños o niñas en manos de personas que no son sus verdaderos padres y como sociedad nos podemos unir para descubrir posibles redes de tráfico de bebés en todo Latinoamérica.