Caen como moscas los culturistas que renuncian a ser naturales y usan la quimica para convertirse en verdaderos mostros y si bien es cierto, con cuerpos envidiables, lo también real es que sus muertes usualmente se dan a edades cortas como lo fue la más reciente, donde Cedric McMillan con tan solo 44 años es tan solo un ejemplo más.
La realidad es que son en muchos casos las mismas inseguridades que llevan a los hombres (y en algunos casos a mujeres) a abusar de las sustancias controladas para lograr obtener el físico que desean, sin importar que al final de sus vidas terminen con tantas lesiones que finalmente no puedan seguir el ritmo de sus entrenamientos.
La muerte de Cedric McMillan no fue el caso, ni tan siquiera le dio tiempo a envejecer y estando en el mejor momento de su carrera, murió, como mortal, como lo hacemos todos.
El abuso de esteroides habría sido el motivo de su muerte
Aunque el parte oficial indica que fue una falla cardíaca la causa, lo cierto es que esos cuerpos inmensos demandan mucho más del corazón que otros en su fase natural y es que, aunque se vean impecables por fuera, por dentro son una bomba de tiempo.
Las consecuencias del abuso de esteroides lleva a la mayoría de culturistas como fue el caso de Cedric McMillan a nunca terminar el ciclo, si no que requieren de la química constante para sostener sus ganancias y esto termina haciendo que sus testículos y otros órganos, se vuelvan dependientes de los protectores y de la misma testosterona sintética para lograr mantener sus músculos y su pene en funcionamiento.
Algunos culturistas alcanzan tal nivel de impotencia que terminan colocándose prótesis de pene para lograr mantener una erección respetable.
Cedric McMillan muere como han muerto otros en el pasado y como moriran muchos más
Nacido en Maplewood, Nueva Jersey, en 1977, creció idolatrando al gran Arnie y comenzó a entrenar cuando su madre le compró un juego de pesas de pre-adolescente.
La fama es efímera y estos físicos son poco sostenibles a lo largo del tiempo, el ego y la irracionalidad, los lleva a justificar sus pobres estilos de vida, con esteroides y una vez, no pueden sostener la situación, terminan en hospitales, en sillas de ruedas o como el caso de Cedric McMillan muertos.
Luego se alistó en el ejército al terminar el instituto, donde llegó a ser sargento e instructor militar.
«Soy lo que soy en parte por mi paso por el ejército, que me dio disciplina y honor»
Cedric McMillan
Desde Agencia Noticiosa lamentamos la muerte del que alguna vez gano el prestigioso Arnold Classic, aunque ahora en una caja y bajo tierra, de nada le sirve… Muchos dirán que al menos vivió una vida envidiable, pero lo cierto es que los que envidian y siguen su camino, probablemente tengan un final similar.
