El BICSA es una de las empresas estatales que ahora esta a la vista del Gobierno para ser liquidada, que planean cerrar y poner a la venta para según ellos reducir gastos, siguiendo la misma excusa de siempre, quebrar una institución, para después venderla a precios risibles.
Aquí vemos como se vuelve a repetir el mismo caso que con la Fábrica Nacional de Licores (FANAL), donde poco a poco despojan a los Costarricenses de sus instituciones.
Menos gastos para el Gobierno
Esta iniciativa fue propuesta por el Gobierno hacia el Fondo Monetario Internacional (FMI) para reducir gastos.
La venta de esta implicara el 0,04 del PIB, la propuesta se une al cierre o fusión de órganos desconcentrados, la eliminación de anualidades, la reducción de la deuda política en 50% y otras medidas, que han sido señaladas por ser populistas y poco sustanciosas.
Se suman los impuestos uno tras otro
Por otro lado aumentando el valor de los impuestos a los salarios, pensiones y a las transacciones bancarias, son solo las respuestas que saben dar los gobernantes de turno, sin proponer una reactivación real.
Esta idea se viene rumorando desde hace un tiempo atrás, ya que se planea un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por $2.250 millones, que terminara por endeudar al país por muchos años.
Cierres injustos y premeditados
Hace un tiempo atrás hablamos sobre el cierre impactante por parte del gobierno hacia Fonabe, que este septiembre nos dio una noble despedida haciéndole un pequeño honor a la patria, si vamos mas atrás hablamos también del cierre potencial hacia la Fabrica Fanal solo porque el gobierno quiere reducir gastos.
Va siendo este uno de los tantos acuerdos que ha hecho el gobierno con el FMI y nos deja pensando en cuantos acuerdos mas tienen planeados, cuantos bancos, empresas o incluso microempresas, solo para ¨ahorrase gastos¨.
Desde Agencia Noticiosa seguimos viendo con preocupación como no hay una ruta clara y el Costarricense debe pensar en alternativas al descalabro económico e instamos a nuestros lectores a oponerse al ingreso del país a la OCDE que nos encadenara año a año con una factura de más de $3 millones.