En 1945 nació la ONU y desde entonces año a año solicita presupuestos gigantescos para luchar por la paz mundial, contra hambrunas y otras actividades sociales y publicitarias, pero tras más de 75 años no ha conseguido ni la paz mundial, ni controlar la hambruna ni nada concreto, más que ser una entidad llena de comitivas políticas que hablan mucho, pero que no hacen tanto.
Las organizaciones mundiales se han convertido en un lastre para las democracias y la ONU es un claro ejemplo de esto, al pedir una suma gigantesca para continuar con sus programas y actividades.
Declaraciones alarmistas que buscan financiamiento
La más reciente declaración incluyo:
“Todos nuestros datos, incluido el pronóstico del PMA sobre un aumento del 80 % [a nivel mundial] en el número de personas que padecen inseguridad alimentaria —de 140 millones antes de la pandemia a 270 millones para finales de este año—, apuntan a un desastre real. Estamos en riesgo de una hambruna de proporciones bíblicas”
David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU
Según señaló en una entrevista con TASS, en los próximos seis meses la entidad necesitará casi 5.000 millones de dólares en fondos para seguir adelante.
Sin lugar a duda aunque les dieran 10 veces ese monto, tampoco acabarían con el hambre mundial, lo que si es seguro es que consumirían el presupuesto y al final los resultados serían los mismos o peores para el siguiente año.
“Se trata de la mayor operación humanitaria de la historia”, ONU
La ONU es especialista en pedir ayuda a los países, ayuda que reciben de contribuciones anuales que todos los países pagan y que cobran a sus ciudadanos con impuestos y que en esos casos, no estudian o analizan lo que con esos dineros cada país podría hacer por sus personas hambrientas.
Desde Agencia Noticiosa creemos que las ONU cuenta con el respaldo del mundo, pero que debería ser mejor auditada, puesto que los casos de corrupción y de despilfarro son rápidamente silenciados por los medios de prensa que usualmente se dedican a hacer lobby sobre sus cuantiosas necesidades económicas.