Las cacerías de cetáceos en Islas Feroes de Dinamarca se organizan a nivel comunitario, a menudo de forma espontánea cuando alguien detecta una manada cerca de sus costas, la tradición nórtica rebela lo peor del ser humano y su sed de sangre inocente.
La tradición nórdica esta llena de sangre
De acuerdo al origen de esta cuestionable tradición que se practica todos los años desde 1584, año que inicio la tracción de masacrar a estas hermosas criaturas y el detalle es que este año la cifra de delfines asesinados marcó un triste récord para para los mares, que históricamente la costumbre implica sacrificar a más de 250 ballenas y delfines que en esta época del año cruzan el Atlántico Norte. Pero esta vez el número de ejemplares acorralados y asesinados ascendió a 1.428 delfines, un récord que deja una gran tristeza en el corazón.
“Es una práctica barbárica, insensata, prehistórica. Al querer hacerla pasar como una tradición y agregarle esa palabra, se cae en los mismos argumentos que utilizan los taurinos quienes participan de las corridas y matanzas de toros para justificar matanzas impunes, arbitrarias e ilegítimas. Pero lo que es en realidad es una especie de triste torneo para ver quién mata más animales y solo por diversión. Esto se inscribe lamentablemente, en lo que ha sido desde siempre la historia del animal. Una historia de esclavitud desde siempre y el hombre siempre ha sido igual”
Pablo Buompadre, presidente de la ONG por los Derechos de los Animales
Crueldad en su máxima expresión
Lo tradicional o popular la matanza no es siempre y necesariamente lo correcto y la llamada celebración del Grindadràp un término feroés para denominar a la caza de mamíferos marinos lo deja en evidencia, precisamente en las Islas Feroe, donde la actividad es completamente legal y cuenta no solo con autorizaciones, sino también con normas para regir la matanza de estos inocentes animales marinos, que al buscar pasar el Atlántico Norte, encuentran la muerte en manos de hombres despiadados.
Desde la Agencia Noticiosa creemos que esta tradición no debería existir de ninguna manera, porque estos ejemplares lo único que están buscando es pasar el Atlético Norte en plena tranquilidad, pero con estas matanzas obsesivas están en peligro de extinción, de verdad necesitas un cambio en nuestra manera de pensar y buscar el bien para nuestro planeta.